Me empadrono en Arizona

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Si le preguntas a un yanqui donde se encuentra España la respuesta puede ser un guiño a la ignorancia. Posiblemente en 80% de los norteamericanos sitúen a nuestro país más cerca de Colombia que de Francia. No deja de ser un tópico eso de “comprar es más americano que pensar”. Bajo esta premisa hay que orientarse para no perder el norte sobre lo que nos ha tocado vivir estos días – y lo que nos queda-  en los medios de comunicación. En uno de ellos – Telecovid- se tiraron toda la noche – 15 horas- retransmitiendo, repitiendo, interpretando, discerniendo, los resultados de las elecciones estadunidenses. Algo inaudito en la historia de la televisión sobre unas elecciones en el país de los “sueños”.

A nivel meramente personal bastaría con un par de minutos en los informativos para saber cómo va la cosa, el recuento y todo lo demás. Sin embargo, aferrándonos a la dictadura de lo secundario, típico en nuestra cultura española, tal acontecimiento no es más que un reflejo de la subordinación general ante lo superfluo del imperio Americano.

Europa, Europa. Ese debería de ser nuestro punto de atención. Aún recuerdo aquellas palabras que decían “España es el problema y Europa la solución” tan en boga por los años ochenta. Me atrevo a imaginar cómo los sociólogos de aquella época se escandalizarían al ver como los medios de información de nuestro país le dedican más tiempo y medios a unas elecciones tan ajenas – ellos viven en su mundo prepotente, dejémonos de monsergas- que no nos representan ni por asomo.

Lo que no cabe ninguna duda es que nuestra sociedad está siendo banalizada con muchos intereses de por medio. Aquí nadie dispara sin antes mirar. Miren el ejemplo de china, ¿puede ser rojo un país donde ya no se exalta le igualdad, sino que se proclama que enriquecerse es lo más patriótico que puede hacer un ciudadano de la República Popular China? Entonces, ¿por qué no dedicar el mismo tiempo informativo a la sucesión en la asamblea China que a las elecciones de su antítesis en occidente? Pues porque aburre, no vende. Se necesitan especímenes como Trump – aproximadamente 1.170.000.000 resultados (0,47 segundos)- para divertir al electorado, y especialmente si de lo que se trata es de alborotar al gallinero.

Alguien dijo que el periodismo es “tan americano como el jazz o la novela negra”. Y es cierto. Si de algo puede presumir el periodismo norteamericano es de su capacidad de indagar e incordiar para que los ciudadanos puedan conocer realmente lo que está pasando en el mundo. Pero estamos hablando de un periodismo bastante independiente, hasta ahora. Ya sabemos en manos de quien esta The washington post, la Fox u otros medios hoy en día.

Visto lo visto quizá sea el momento de cambiar de aires, empadronarse en un lugar perdido de Arizona y conectar con los medios de información españoles para saber qué es lo que está sucediendo de verdad en el mundo, especialmente en los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China. Más periodismo.