Intacta en el sueño

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¡Ay, quién me diría que

los ojos que ayer canté

hoy fueran mis propios ojos!

La mujer que camina en mí,

en un convivio con «siluetas»,

tiene los labios de la violetas

«símbolo de timidez»,

y en este mundo al revés

sabe estar sola

y decir claramente lo que quiere,

señalandolo con el dedo.

Con el propio «yo», sin apego,

dentro de la forma

busco el infinito,

en el mundo de niebla

de la palabra que tiene el arte

para iluminar la ceguera.

Con nuevas pupilas, la realidad,

que me espera,

es un sonido cubierto que sueña

en un lugar triste

un mundo que ya no existe.

Ah, chi mi avrebbe mai detto

che gli occhi cui cantavo ieri,

fossero i miei stessi occhi!

La donna che in me si incammina,

in un convivio di «silhouette»,

ha le labbra di viola

«simbolo di timidezza»,

ma sa stare da sola

e dire con chiarezza

quello che vuole,

puntando il dito.

Con un «Io» dentro una sagoma

cerco l’infinito,

nel mondo di nebbia

della parola che ha l’arte

di illuminare la cecità.

Con nuove pupille, la realtà

è un suono coperto

che sogna in un luogo triste

un mondo che già non esiste.