Fenómeno Migratorio en Canarias. Buscando un futuro

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Tras más de una década siendo testigo preferente del movimiento migratorio en Lanzarote, viendo incluso a diario la arribada de embarcaciones a la costa, quiero poner mediante el presente artículo el problema que supone todo movimiento migratorio desde la perspectiva humana y como no, política, siguiendo la evolución social y económica que genera, dejando en manos de los que tienen los medios su solución, como a lo largo del escrito se señala.

-Se alza la vista y se puede observar la amplitud del océano, y mirada fija en su futuro- Esta fotografía es la que tienen desde la costa africana miles de inmigrantes que tienen sus expectativas en una vida mejor. Entre las localidades de Tan-Tan (situada al norte del Sahara Occidental) y Dajla (conocida en el siglo pasado como Villacisneros, ciudad colonial española), se ubican la mayoría de las rutas utilizadas para el flujo migratorio hacia Europa, con entrada directa en el espacio Schengen (islas Canarias); siendo un negocio muy rentable para las mafias, a las cuales no les importa el sufrimiento humano.

Desde la llegada de la primera embarcación clandestina a las islas Canarias en el año 1994, a la isla de Fuerteventura con dos jóvenes saharauis a bordo, ha sido un continuo goteo de pateras, nombre por el que se califican las embarcación de madera, utilizada para la pesca de bajura en la costa occidental de Marruecos, pues usaban rutas conocidas por los pescadores de la zona de una a otra orilla. La mayoría de los ocupantes se trataba de gente joven que buscaba un futuro mejor, y sobre todo sobreestimado por la realidad que les depara (exclusión social, pobreza, redes de trata…).

“El exiliado mira hacia su pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance” – ISABEL ALLENDE.

El viaje desde El Aaium hasta las costas Canarias (Lanzarote y Fuerteventura) puede durar entre diez, doce o veinte horas, dependiendo del estado del la mar, así como en la evolución del método de transporte, utilizando ya dos motores, e incluso embarcaciones neumáticas, más ligeras y veloces.

Fue en el año 1999, cuando empezaron a llegar los primeros inmigrantes subsaharianos, también en la isla de Fuerteventura, con lo que se empezaron a cambiar los cánones establecidos, pasando de esta manera a una realidad todavía más cruda, pues los africanos subsaharianos eran utilizados como mercancía, atravesando kilómetros y fronteras de forma clandestina para llegar al punto de salida, siendo los magrebíes de esta manera los responsables del manejo y gobierno de la embarcación. Durante los siguientes años siguió la misma tendencia, cambiando drásticamente en el año 2005, cuando Marruecos estrecha lazos con la UE, comprometiéndose a un mayor control de sus fronteras, utilizando Mohamed VI, su situación estratégica para solicitar ayudas económicas a cambio de incrementar la vigilancia de sus costas, así como desmantelar los campamentos de subsaharianos en su territorio.

Ante la nueva situación, el movimiento migratorio, inicia su salida más al sur de la costa africana (Mauritania-Senegal), concentrándose en la frontera con Marruecos, siendo su punto de inicio en el cabo Bojador, pero esta vez su destino era las islas occidentales canarias, preferentemente Tenerife, donde el pico del Teide les sirve de guía, así como las corrientes marina los derivan a esos destinos (también en La Gomera, El Hierro, y por supuesto Gran Canaria).

Para su viaje utilizan embarcaciones conocidas comúnmente como “cayucos” (barcazas de pesca mauritanas), cuyo tamaño más considerable permite el traslado de más inmigrantes, los cuales hacinados, se arriesgan a perder la un posible naufragio, que a lo largo del inicio de este fenómeno se ha repetido con la pérdida de vidas humanas que conlleva. No hay número oficial para calcular el número de víctimas mortales, siendo el más relevante en costas de Lanzarote el ocurrido el 15 de febrero de 2009, donde perdieron la vida en sus costas veinticinco inmigrantes, todos ellos de origen magrebí, siendo diecinueve menores de edad, lo que causó una gran conmoción en la sociedad canaria (El Día, 17 de febrero de 2009, portada: “Canarias llora la tragedia de la patera en aguas de Lanzarote”).

Para luchar contra el fenómeno migratorio, la UE creó la Agencia FRONTEX (2004), con sede en Varsovia, la cual centralizó la información y gestión de los flujos migratorios en Europa, coordinando los distintos despliegues operativos, incluso en los países de origen (ayuda económica, preparación de las policías autóctonas, intercambio información…). Pero olvidando que la manera más efectiva de luchar contra las mafias dedicadas al tráfico de personas, no es ni más ni menos, que mediante la inyección económica para el desarrollo de los países africanos origen de los inmigrantes, cuestión que a día de hoy es más que ficticia.

Mientras se comercie con vidas humanas, y sea un negocio lucrativo para las mafias (la Agencia Europa Press, hacía público en mayo 2009 que “las mafias de inmigrantes irregulares han ganado más de 2000 millones de euros” en los últimos 10 años), seguirá produciéndose los flujos, con el coste de vidas que supone, siendo a día de hoy un incremento con años anteriores de la arribada de embarcaciones en Canarias.