Airbus ha decidido poner fin a la fabricación del A380. Mientras Boeing desarrollaba su 787 Dreamliner más pequeño y ágil, Airbus dedico todo su esfuerzo al desarrollo del supergigante A380, uno de los aviones más impresionantes de la historia de la aviación. Después de 12 años, el proyecto de crear un espacio más amplio para el pasajero en el cielo llega a su fin.
Volé en dos ocasiones en esta aeronave y he decir que han sido los mejores vuelos que he realizado en mi vida. Eso de que el A380 es “el avión que pudo ser y no fue” no es compatible don mi humilde opinión: los asientos mucho más amplios, toda la planta inferior destinada a clase turística y el ruido de los motores apenas imperceptible. Al poder llevar a un mayor número de pasajeros el precio de los billetes solían ser más económicos. Además, la construcción se llevaba a cabo en varios países de Unión Europea, lo cual significaba otro atractivo añadido al proyecto.
¿Cuáles han sido los verdaderos motivos de su fracaso?
Uno de los principales factores es que era demasiado caro. Se pretendían construir unos 1.300 aviones con un costo final de 25.000 millones de dólares USA. Para muchas aerolíneas no era rentable invertir tal cantidad de efectivo en un avión que no estaban seguros de llenar en todos los vuelos. Para las grandes aerolíneas como Emirates, Air France, Singapore Airlines, Lufthansa, que operan en grandes aeropuertos, significaba una oportunidad de controlar el negocio aeroportuario. La realidad ha puesto las cosas en su sitio: la perspectiva de una crisis a nivel mundial con la reducción del número de viajeros es un buen motivo para su fracaso. Llenar un avión con casi 600 pasajeros será prácticamente imposible en los años venideros.
Otra de las causas es el elevado consumo de combustible, aunque en comparación de su competidor Boeing 747, el A380 era un 30% más eficiente en consumo con relación a su carga y número de pasajeros, los nuevos modelos, con la misma eficiencia de recorrido le han quitado la poca cuota de mercado que le quedaba.
Inequívocamente también se ha dado un error de estrategia comercial. Muchos de los aeropuertos y terminales del mundo no estaban preparados para operar con este avión. El mercado de vuelos que pretendía dominar el A380 ha sido más factible para el A350 o el Boeing 787.
La cancelación de pedidos por parte de Emirates, su gran valedor, así como el problema que supone plantearse qué hacer con estos aviones en medio de la pandemia, sumado al final definitivo de las operaciones del A380 por parte de KLM- Airfrance, entierran definitivamente el sueño del A380.
Como se suele decir ”fue bonito mientras duro”. Los que tuvimos la suerte de disfrutarlo tampoco lo olvidaremos. Bye, Bye…A380