D. Camilo Lorenzo Iglesias, la SICAV Vayomer y Gescartera

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“No era nada secreto sino conocido por todos. Una agencia que funcionaba y parecía que no había ningún riesgo”, fueron las palabras del recientemente fallecido exobispo de la diócesis de Astorga, Camilo Lorenzo Iglesias. Estas declaraciones tenían que ver con el desastre económico que supuso para la diócesis la inversión en la famosa agencia de valores (o fondo de inversión, llámese como se quiera) Gescartera. En total se perdieron 20 millones de las antiguas pesetas, según las mismas fuentes. El obispado siempre se considero una “victima” de esta situación.

También es conocido por todos que durante su mandato Ángel Vallejo Balda fue ecónomo de la diócesis de Astorga y presidente de la SICAV Vayomer -en hebreo ‘Y Dios dijo’-, con 7 millones de euros.

“Desde finales de febrero de 2008 hasta mediados de septiembre de 2012, esta sociedad de inversión de capital variable -una de las pocas vinculadas a la Iglesia española- estuvo presidida por monseñor Vallejo, miembro del Opus Dei, bajo cuyo mandato alcanzó su máximo patrimonial con 7,13 millones de euros al cierre de 2009. O lo que es lo mismo: un 25% por encima de los 5,37 millones que contaba el 30 de septiembre de 2015”. (Fuente: https://valenciaplaza.com)

Este último fue conocido como ‘el contable de Dios’ después de realizar un salto de altura: de Astorga al Vaticano. Lo primero que hizo este miembro del Opus Dei fue cambiar el nombre de Vayomer a Naujirdam Inversiones. Ángel Vallejo Balda salto a la opinión pública cuando fue detenido por la Santa Sede, dentro del caso conocido como «Vatileaks II». Este caso fue cerrado en falso y Vallejo Balda siempre manifestó que su “amante le traiciono”.  

¿Qué es una SICAV?

Literalmente un paraíso fiscal. Para no pagar por su dinero nada más que el 1% sólo tienen que invertirlo en una SICAV (Sociedades de Inversión Colectiva de Capital Variable), siglas que ocultan un auténtico paraíso fiscal legal en España, que no puede ser controlado por la Agencia Tributaria , y para lo que únicamente se necesita un capital mínimo de 2.404.048 euros. Una SICAV tributa al 1% en lugar de al 25% en el Impuesto de Sociedades, siempre y cuando no se mueva. Cuando se realizan los traspasos es cuando hay que pasar de verdad por Hacienda, con una tributación igual que unas acciones.

“Con este mecanismo legal, las grandes fortunas españolas, la élite financiera, la iglesia y otras instituciones, incluso famosos que “siempre han dicho que son de izquierdas” no necesitan llevarse su dinero al extranjero, ni evadirlo, porque aquí, en España puede tenerlo cómodamente, y retirarlo y usarlo cuando quieran, como si de un banco se tratase, y sin que su actividad pueda ser fiscalizada por el Ministerio de Hacienda”. (Guillermo Rocafort,  profesor de Derecho y Economía en la Universidad Autónoma y Carlos III).

Las sicav fueron creadas en España en 1983 durante el mandato de Felipe González, por iniciativa del entonces ministro de Economía, Miguel Boyer, para evitar que las grandes fortunas se llevaran el dinero fuera del país.

¿Es moral este tipo de inversiones para una institución como la iglesia?

En palabras del recientemente fallecido Camilo Lorenzo Iglesias parece ser que si, ““El que se tenga una inversión en Bolsa, siempre que cumpla las condiciones de moralidad nos parece bien que pueda estar en fondos de inversión”  fueron otras de sus palabras al respecto. Para finalizar diciendo “no hay ningún inconveniente” en haber invertido en Gescartera “y se haría lo mismo en el futuro”.

No solo el Obispado de Astorga tiene su dinero en fondos de Inversión:

La Orden de la Inmaculada Concepción, custodia 3,5 millones de euros en Francat.

Las Hijas de la Caridad invierten sus ahorros en Inversiones Deima y Ulls Nous, con 5,4 millones de euros en empresas como Repsol, Telefónica o Bayer o Roche —fabricantes, por cierto de anticonceptivos.

Los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, controlan el 99,99% de los más de 11 millones de euros de la SICAV Finanzas Querqus

Sobre la detención de Ángel Vallejo Balda sus únicas palabras fueron “no tengo nada que decir”. Amén.

D.E.P.

Fuentes: https://infovaticana.com/ https://valenciaplaza.com/ https://economiazero.com/