Salto la noticia hace unos dias: El Supremo condena al pederasta del colegio Gaztelueta, del Opus Dei, a dos años de prisión: no pisará la cárcel.
Viendo la fotografía que encabeza esta entrada no hay ninguna duda: ¿Dónde están las mujeres en este “órgano”? ¿Qué democracia representan estos individuos?
Lo más indignante es como cierran la sentencia sobre este miserable pederasta:
Por ello considera que «la indignación y la repulsa por unos hechos nunca puede actuar como un elemento que debilite el cuadro de garantías con el que una sociedad democrática quiere que sea enjuiciado cualquier acusado de un hecho delictivo».
¿De qué garantías habláis, sinvergüenzas? ¿Las que tenía el chaval cuando este malnacido abusaba de él? No entiendo, si es un hecho indignante y repulsivo es que hay hecho, ¿no? ¿O nos tomáis por imbéciles? Tenemos una democracia a la altura de nuestros gobernantes: da asco.
Hablaremos más sobre este tema. Podéis seguir la información en los siguientes enlaces: