Cuando se cumple un año del estallido social en Chile es recomendable repasar lo que sucedió para no perder la perspectiva de esos días en los que se perdió el miedo y la gente salió a la calle. Los jóvenes están empujando, han dejado de ser sumisos y nos empiezan a dar lecciones de principios. Se trata de cambiar la sociedad, de crear debate y dar un grito necesario pues no hay otra alternativa.
Hay que actuar en pos de encontrar una nueva fórmula de organización para poder practicar la solidaridad y acabar con la endogamia de los privilegiados. No me cansare de repetirlo: esta pandemia surgió en un momento de grandes cambios sociales en el planeta. Cuando se estaba saliendo del aislamiento individual al entusiasmo colectivo surgió el covid para paralizarlo todo.
Se equivoca el que piense que el mundo va a tener una nueva normalidad. Quizá todo esto pueda parecer surrealista, pero no hay que olvidar que los momentos de cambio son tiempos de valores y principios. Mucha gente no está dispuesta a dar un paso atrás.
© Ángel Fernández