Ganarse la vida «haciendo nada»

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Todo el mundo se ha planteado en algún momento que hacer para ganarse la vida, y muchos quizá no hayan obtenido respuesta. No hay que preocuparse. Es probable que lo mejor sea hacer absolutamente nada. Hay un asiático que sin querer ha encontrado la solución.

Se llama SHOJI MORIMOTO, es japonés y se gana la vida haciendo “absolutamente nada”.

Lo de ganarse la vida «haciendo nada»  es relativamente reciente. Morimoto llego a esta situación después de verse frustrado en todos los “trabajos” por los que paso anteriormente.  Morimoto estudio física en la universidad en Japón y después realizó un posgrado sobre terremotos.

Luego realizó otros trabajos regulares, pero siempre de forma discontinua. Trabajaba en algo y lo dejaba: nunca se sentía bien y apenas se sentía realizado. Trabajo en una editorial pero no le gustaba obedecer las órdenes de su jefe. Intento trabajar por su cuenta pero le resultaba muy monótono y sentía poca satisfacción por el trabajo. Llego a la conclusión que «que quizás hacer algo no se me daba bien”.

Y donde vio un problema vio una oportunidad. Así que se puso “manos a la obra”. En 2018 abrió una cuenta en Twitter, que actualmente cuenta con cerca de 300.000 seguidores. En dicha cuenta publicita sus servicios con un perfil muy sencillo: «Te rento una persona (yo) que no hace nada. Siempre acepto solicitudes. Solo debes pagar 10.000 yenes japoneses (82 euros), gastos de transporte desde la estación y la comida y la bebida. Solicitudes y consultas por mensajes directos». 

El negocio va viento en popa. Cada día recibe al menos dos o tres solicitudes, cada cual más estrambótica: acompañar a gente que no quiere ir sola al supermercado, comer con gente que le angustia hacerlo en soledad, acompañar a personas que no tienen con quien celebrar su cumpleaños, son algunos de sus servicios. En una ocasión le contrataron para acudir a una estación de tren y despedir a una persona que se mudaba de ciudad. En otra, prestó sus servicios  a un corredor para que se pusiera en la línea de meta de una maratón que estaba corriendo y así motivarle. Al final gano una medalla.

Su trabajo no tiene ningún secreto. «No hago más nada que no sea comer, beber y dar respuestas simples» dice con una sonrisa en el rostro.

Morimoto, de 37 años, casado y con hijos, no se pone límites. Ahora realmente está muy satisfecho de su labor “no haciendo nada”.Y por lo visto sus clientes también. No paran de felicitarle por “no hacer nada” cuando están con él.

“La actividad me alcanza para mantenerme bien económicamente”, dice con satisfacción. Entre sus proyectos actuales está la de escribir un libro sobre “como no hacer nada” y expandir sus servicios fuera de Japón. Y se alegra mucho de que incluso una televisión haya creado un programa inspirado en su manera de buscarse la vida no “haciendo absolutamente nada”.

Un tipo feliz. Como muchos de nuestros compatriotas, con la diferencia que a los nuestros hay que aguantarles la tabarra todos los días.