ASTURES Y ROMANOS: EL MACROBOTELLÓN “BONITO”

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Por TíMaragatín

Después del “respiro”, y digo bien respiro a pesar del sufrimiento que trajo, que nos dejó la pandemia de la covid en relación a determinadas festividades que algunos insisten en llamar “fiestas”, de nuevo se recuperan muy a pesar de una gran parte de la población, festejos taurinos salvajes, fiestas sinsentido donde se derrochan alimentos que se lanzan unos y otros que bien podían ser utilizados para el fin al que están destinados en vez de sustituirlos por algo que los evoque, se ve que nos sobra de todo, gente que salta sobre bebés de menos de un año colocados en fila para ahuyentar malos espíritus, exaltados que ponen en riesgo su vida saltando afiladas verjas para llevar un trozo de madera de procesión, bastante feo por cierto, o que te paseen por el pueblo dentro de un ataúd abierto porque supuestamente “uno ha visto la muerte cerca”…. En la localidad de Astorga, en León, se recupera la reciente fiesta de Astures y Romanos, donde disfrazan botellones, barbacoas al lado de pallozas recubiertas de brezo, telas y madera que el resto de mortales tenemos prohibidas (si vecinos zamoranos que no os sangren los ojos leyendo esto) y fiestas privadas con la excusa de recrear en un espacio reducido donde suprimen el parking gratuito más grande de la localidad, campamentos de tribus Astures y ciudades romanas que se asentaron en la localidad o sus cercanías, que todo vale. A las cosas hay que llamarlas por su nombre, dejémonos de bobadas.

La asociación creada para este evento semiprivado ha creado incluso una normativa histórica que supuestamente tienen que seguir aquellos que quieran tener su propia caseta, digo Palloza tribal, o su cenador, digo Domus romana. Al menos les hacen a algunos leer y coger algún libro que otro de historia, apuesto todo mi patrimonio a que el 100% de esos “astures” no tenían ni idea de quienes eran y mucho menos sus costumbres, eso ya es un logro para la asociación. Algo me dice que tiran de google ya que en su código histórico la asociación advierten que no se inspiren en el Hobbit, nada de capas élficas o varas de madera, y en lo que no haya documentación, que es en más de lo que ellos indican, pues hay que ir de forma rústica, austera y tipo “pastor” para el caso de los Astures, sin parecer de Atapuerca aunque algunos lo sean, incluso disimular los carritos de bebés ya que “los futuros herederos de la fiesta merecen caracterizarse con el mismo rigor que los adultos”.

El tema de los Romanos con ver Ben-Hur o Cleopatra parece estar ya está hecho. Pues no es así…. tienen su código de rigor histórico en telas, armas, corazas, túnicas, peinados e incluso ropa interior, no descarto levantar alguna que otra túnica de algún noble romano para comprobar si se cumple dicho código ético. Por cierto ciudadanos de Jiménez de Jamuz, sois nombrados varias veces en prohibición de vuestra cerámica, no es por vosotros, es la cerámica, buen rollo anda.

Para justificar un poco esta fiesta semiprivada que se han montado que cuenta con subvenciones que a otras actividades culturales o benéficas se les niega, tienen que rellenar un “programa” con ponencias “apasionantes” que deben… atraer…. hordas de…. Bueno, interesantes ponencias sobre Los astures en el ejército romano”, “Gladiadores hispanos: La gladiatura como elemento de sincretismo, orígenes y evolución” a cargo de un prestigioso diplomado en Educación Física o la “Orfebrería castreña: el adorno personal en el noroeste peninsular” algo que todo leonés, qué digo leonés, todo español arde en deseos de saber, que no se diga que sólo es recrear ridículas batallas de gladiadores o bodas entre astures y romanos (a ver que año hacen el divorcio que hay que estar acorde con los tiempos) entre barbacoa y barbacoa con su correspondiente botellón y una chocolatada que habrán colado con calzador en ese rigor histórico o histérico. No perderse la “Venta de esclavos” patrocinada por los amigos provincianos del patrón de básculas Blanco imagino, o los talleres de Sagum, monedas o la tradicional “Paella”, famoso plato romano del que se habrán hecho eco en las “Jornadas gastronómicas de la cocina astur-romana” por un Lcdo. en Filología Clásica y estudioso de la gastronomía romana miembro de Hispania Romana ni más ni menos…..

Poniéndome serio querido lector, al igual que hizo el emperador Tito Flavio Vespasiano acabando el Coliseo de Roma a toda prisa para contentar y distraer al pueblo romano de tanta desgracia consecutiva, aquí se trata de entretener al pueblo con otro tipo de pan, poco porque no regalan nada salvo a estos “historiadores” pero que les permiten mucho, y circo, mucho circo absurdo, sin rigor histórico, chusco y muy muy simple que se queda a un muy bajo nivel cultural y con un impacto económico muy bajo para la ciudad.

En una ocasión a la antropóloga Margaret Mead una alumna le preguntó cuál consideraba la primera señal de la civilización de un cultura esperando que le hablara de anzuelos, cuencos de arcilla, piedras para afilar o cortar… la respuesta fue el primer signo en una cultura antigua es la prueba de una persona con el fémur roto y curado ya que en el reino animal si te rompes la pierna, mueres. No puedes huir, ir a beber agua o cazar para alimentarte. “Ayudar a alguien a travesar la dificultad es el punto de partida de la civilización”.

Eduquemos y promovamos acciones culturales reales, duraderas durante todo el año, parece que sólo cuando vienen los foráneos es el tiempo de culturizar a la población, y por favor, que alguien retire los cuernos vikingos del casco del tal Caudillo Sebius, que es el sumun del ridículo de este mal llamado festejo.