“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.” Gabriel García Márquez
El mundo no sabía que faltaban pocos meses para la muerte del dictador Francisco Franco, cuando Carlos Saura en 1975, rodaba la película de transición CRÍA CUERVOS. En el mundo, en muchos lugares, como en Brasil, por ejemplo, vivíamos bajo la influencia asfixiante de la dictadura militar. España ya estaba por cumplir 40 años bajo la mano dura de Franco, en Brasil estábamos en el primer decenio de absolutismo.
Yo era niña cuando la película fue estrenada en España en 1976, pero, en mi adolescencia que no tardó nada en llegar, vi la película dos veces seguidas y canté en español la canción de Jeanette: “Porque te vas” hasta que se rompa la hoja mimeografiada que llegó a mis manos en la clase de literatura.
La canción que, en la película, recordaba la situación de abandono que Maria, la madre de Ana, la protagonista, sufría por parte del marido, al mismo tiempo que, la pregunta ¿Por qué te vas? Se relaciona con la incapacidad de Ana, una niña de 8 años,de entender y aceptar la muertede su madre, como mi madre tuvo que vivir la muerte de mi abuela en su niñez y yo la ausencia-presente de mi madre, en mi niñez. La relación entre la canción y el rol materno se manifiesta de nuevo en la secuencia en que Ana, después de haber sido abofeteada por su tía, intenta conjurar su tristeza refugiándose en el tarareo de la canción, al mismo tiempo que desea la muerte de su tía.
Carlos Saura, mostraba en su película estrella, el rol que cumplían las mujeres en la dictadura franquista y los papeles que tradicionalmente les fueron impuestos, especialmente durante la dictadura de la post guerra. De la misma forma, mostraba como las niñas, de nuestra época parecíamos condenadas a vivir en un mundo autoritario, un mundo que nos obligaba a imitar a nuestras madres y abuelas y a perpetuar sus errores al reproducir sus destinos: tal vez, mudas y paralizadas como la generación de la abuela de Ana que, quedaba como un espectador silencioso durante toda la función, o tal vez, débiles e inseguras como la madre de Ana en un papel secundario, relegada a la crianza de las hijas, resguardada en su propia casa; pero, nunca rebeldes, firmes y fuertes en busca de nuestro destino y de nuestra realización personal, dueñas de nuestros cuerpos y sueños.
CRÍA CUERVOS presenta claramente ésta obsesión con la repetición con el hecho de que Geraldine Chaplin interpretó dos papeles: el de la madre de Ana y el de Ana como adulta. Era la forma de mostrar como de grandes poseeríamos el potencial arriesgado de ser iguales a nuestras madres que, fueron iguales a nuestras abuelas: así de perfectas, abnegadas, calladas y anuladas por el predominio de la cultura patriarcal.
CRÍA CUERVOS es una película que permite la continuidad de la cultura de la memoria y el olvido, a través de códigos que identifican un pasado común con una cultura colectiva para generaciones presentes y futuras, además de identificar situaciones vividas en las dos orillas del atlántico.
Es un viaje por la psique de la generación reprimida por la dictadura franquista, hacia la atmósfera de una época nueva, encaminada a la aceptación de un universo femenino, a través de los ojos expresivos de una niña que ha apartado de su memoria viva algunos sucesos sobrevenidos en su infancia y que le resultan traumáticos. La superación, de los traumas de Ana veinte años después, pasan por la recuperación de los recuerdos reprimidos para colocarlos en un lugar periférico de su psique donde son asimilados, y, por lo tanto, ya no le obstaculizan.
Carlos Saura, muestra en la película que, muchas veces, la recuperación del pasado es imprescindible tanto para un individuo como para una colectividad.
CRÍA CUERVOS fue una película galardonada con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Cannes y hoy es considerada como una de las mejores películas de Saura, el último director clásico del cine español que murió a los 91 años, el viernes 10 de enero del 2023.