Mascarilla obligatoria en Castilla y León, muerte de la Hostelería

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Castilla y León se suma al uso obligatorio de la mascarilla a partir del sábado. Debe cubrir desde la parte del tabique nasal hasta la barbilla incluida. En concreto, el uso de la mascarilla se hace obligatorio, por parte de las personas mayores de seis años, su uso en todo momento tanto en la vía pública o en espacios al aire libre como en espacios cerrados de uso público o zonas….

Es la vuelta de tuerca que le faltaba a la hostelería. Las reservas de muchos hoteles y restaurantes van a sufrir un gran impacto. Los bares sin las terrazas adecuadas- hay que recordar que la mascarilla solo se puede quitar entre trago y trago- van a estar vacios, los lugares públicos de ocio en general se van a sentir seriamente afectados por esta medida. Y los brotes van a ir en aumento, ¿Por qué?

Lo que esta medida va a producir son mayores reuniones privadas y familiares, los verdaderos focos de los nuevos brotes. Cuando lo que hay que hacer es un rastreo efectivo de los nuevos casos con aislamientos concretos, las autoridades administrativas implantan una medida general que va a afectar gravemente a un sector tan importante en nuestra comunidad como es la hostelería.

La reflexión que hay que hacer es si esta medida se va a aplicar de la misma manera en todos los recintos, pueblos, ciudades,.. ¿Cuál es el número de fuerzas de seguridad que va a hacer falta para controlar a toda la gente?

Si lo miramos desde el punto de vista positivo, la administración debería dedicar recursos para contratar a todos los trabajadores de la hostelería que se van a quedar sin trabajo con el fin de asumir una labor de controladores públicos para que los ciudadanos cumplan debidamente con esta absurda medida.

Otro de los aspectos positivos es que “la España vaciada” va a sufrir una trasformación nunca vista. Sin quererlo van a conseguir que los pueblos vuelvan a recuperar una población –no productiva- que va a campar a sus anchas, sin mascarilla o lo que sea necesario, ósea, hacer lo que le salga de los …

Lo dicho, todos trabajadores públicos -o subvencionados-, y punto.