Paula Dapena

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Solamente quien ha sufrido el maltrato de género en su propia persona sabe lo que significa homenajear al maltratador. El pequeño gesto que ha tenido esta joven ha dejado descolocado a todo el mundo del futbol. Ella es jugadora y se supone que ama este deporte. Incluso afirma que el argentino era un gran futbolista y con unas grandes habilidades.

Todos (y todas) sabemos que el personaje superaba al futbolista, que había un lado oscuro que era ya de por si intrínseco a la persona. No vamos a repetirnos sobre algo de lo que ya hemos escrito en este magazine. No sería excesivo afirmar que su vida fue, al límite, una experiencia que no es deseable para nadie. Su médico, al que quieren acusar de negligencia médica, afirmaba hoy que el futbolista deseaba dejar de ser de una vez por todas Maradona. Se odiaba a sí mismo y al personaje que representaba.

El gesto de Paula va dirigido hacia un hombre roto, donde ya era imposible recomponer los trozos que quedaban de él. Amenazar a esta joven con romperle las piernas o la propia muerte no deja de ser, y perdonen ya la redundancia, un claro reflejo de la sociedad machista e ignorante en la que vivimos. Tanto respeto tiene su actitud como las de sus compañeras, que se mantuvieron de pie y mirando al frente.           

No sé qué quieren que les diga: es preferible una sola persona que tenga este gesto de valentía que cientos asumiendo con estoicismo lo que el mundo del futbol les impone “porque sí”.