La soberbia de los seres superiores, eso que tú me quitas

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Todo lo que me dio Pau Donés me lo ha quitado el Trilero de las Azores. Hay un momento en la vida en que solo se puede engañar a quienes quieran dejarse engañar. No entiendo muy bien la razón por la que Évole ha “entrevistado” a un sujeto como Aznar. Vale que lo del “papa” tuviera su miga, como lo de Maduro, u otros. ¿Pero Aznar? ¿Qué esperaba?

Uno de los grandes problemas que tienen los que nos gobiernan, o han gobernado, es la soberbia. Incluso me atrevería a decir que es un mal que se está convirtiendo endémico en este país. Los alardes de chulería, arrogancia y desprecio son el pan de cada día. Ya no importa ni el sitio ni el lugar ni la persona, aquí todo el mundo se ha convertido en Dios. Vivimos en una sociedad que crea seres destinados a guiarnos en medio de la oscuridad. Ya sea por títulos universitarios, máster, posición social, vete tú a saber, se creen seres perfectos. Para ellos no existe la empatía ni por asomo. Viven en un mundo por encima de lo terrenal (aunque bien que les gusta la pasta); desde su atalaya vislumbran  a la plebe y sus miserias. Todos sus esfuerzos van encaminados a divinizar su excelsa presencia.

He perdido desde hace tiempo mi gusto por ver la televisión. Algún programa de La 2 (si, pertenezco a esa inmensa minoría) y poco más. Lo de Salvados me dejo de interesar hace tiempo. Tengo que confesar que me emocione con los últimos momentos de Pau Donés aún teniendo que soportar la sonrisa constante de Évole. En fin, todo sea por la audiencia.

Por conservad la salud mental – no soy masoquista- me negué a ver la entrevista al Trilero de las Azores. Lo que estoy escribiendo son por referencias en El Intermedio, y poco más. Sé que no voy mal encaminado. Supongo que el entrevistado negaría cualquier tipo de corrupción en “SU” partido, que las armas de destrucción masiva en Irak eran una realidad y que el 11M fue un acto terrorista cometido por ETA. Corríjanme si me equivoco. La verdad es que uno se cansa de escuchar todos los días a engreídos de esta calaña. Llega un momento que ya no se aguantan tantas mentiras y falsedades.    

Detrás de todo este circo hay una premisa cierta. Por encima de todo, este tipo de semidioses lo que tratan de hacer es imponer esa frase que bien los define,”lo que nos hacen creer que nos pasa”, a nosotros, evidentemente. Sin querer ser agorero ni exagerado, diría que el panorama político y social (del económico mejor ni hablar) de este país ha ido en caída libre desde hace ya muchos años. Soy de los que piensan que gran parte de los males de la sociedad española actual provienen de la estupidez y la soberbia. Con los estúpidos y soberbios no hay nada que hacer. Cuando escuchas declaraciones de sujetos que lo único que intentan es la manipulación y la demagogia lo mejor es apartarte y crear distancias. Posiblemente una de las grandes ventajas que tiene el hacerse mayor sea la indiferencia ante este personal.

Pienso que, en el fondo, lo que se ha llamado “periodismo riguroso” nunca ha estado tan entredicho como actualmente. Se critica mucho a las “cloacas digitales” – que haberlas, hailas- en pos de un periodismo serio, contrastado y de investigación. Pa descojonarse. Hoy en día ese periodismo ha desparecido de la esfera social. En el momento en que todos los medios dependen de publicidad pública o de la de las grandes multinacionales, de los índices de audiencia, del ruido, de las influencias ideológicas de ciertos partidos, el periodismo desaparece.

Al final solo nos queda el coraje, la dignidad y el valor, el mismo que demostró Pau Donés en esa maravillosa entrevista. Que putada Pau, unos añitos más para ti y unos menos para otros nos harían un poco humanos, que no más.   

“¿El futuro? Y yo qué sé. No hay plan. Y vivir sin plan es cojonudo”.

Ángel Fernández.