Música sin algoritmos: Willy DeVille

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Y uno de los olvidados en EEUU a pesar de que su lugar preferido para vivir siempre fue Nueva Orleans. Para la industria discográfica estadounidense la carrera musical de DeVille termino en los ochenta. Tuvo que ser en Europa donde se reconociera su enorme talento y elegancia. Éxitos musicales como Hey! Joe o el disco Backstreets of desire tuvieron una enorme repercusión en la resurrección de este músico sureño. “No me extraña. Es la mentalidad estadounidense. Aunque pongas toda tu vida e interés en tus discos, muchos no ven más que un trozo de plástico para vender”, comentaba apelando a la falta de cultura musical de su país.         

DeVille en su etapa punk

Willy DeVille siempre fue un amante de Francia (era un gran admirador de la cantante francesa Édith Piaf), de la música en directo  y un gran buscador de las raíces en estilos musicales tradicionales americanos.

Con su vestimenta todo de negro, botas hasta las rodillas, cinturones con inmensas hebillas, pelo cardado,.. era habitual del barrio Francés de Nueva Orleans, posiblemente porque en esa ciudad podía pasar desapercibido. Además, ya no era la ciudad peligrosa que había conocido veinte años atrás. “La primera vez que quise comprar heroína me atracaron poniéndome un cuchillo en el cuello. Cuando les dije que era un músico me dejaron marchar. La mercancía se la quedaron. En fin, esta ciudad es un buen lugar para los músicos, por eso vivo aquí”. Genio y figura.

Su muerte prematura por cáncer de páncreas con 58 años (también tenía Hepatitis C y el hígado como un colador) nos privo de la que podría haber sido una de las carreras musicales más importantes de la historia de la música. En sus primeros años formo una banda con influencia de la música punk. En 1985 inicio su carrera en solitario con discos influenciados por el rhythm and blues urbano de los años 1950 y 1960, la música latina y portorriqueña.

Loup Garou

En uno de sus discos más conocidos, “Loup Garou” – una especie de hombre lobo que lleva su cabeza debajo del brazo- utilizo fuentes irlandesas, el folclor de Luisiana, percusión latina y hasta influencias vascas, sangre que en parte corría por sus venas. Cuando grabo algunos de los videoclips de este disco dejo claro que la misma opinión que tenia de los agentes de las discográficas era aplicable a la gente del cine, “conozco a esta gente” manifestaba, “lo único que les interesa es sacar beneficio de tu trabajo”. Nunca le gustaron los Clichés.de la industria. Quizá eso influyo en el lanzamiento de uno de sus mejores temas “Demasiado corazón”. Su intención era hacer un tema sucio, con un sonido molesto pero que sabía que lograría el éxito.  Las discográficas no pensaban así. Como él decía, “tienes que ser una estrella británica para que te hagan caso”.

Muddy Waters

Respecto a esto siempre recordaba la anécdota de cuando los Rolling Stones gravaron en un estudio de Chicago en su primer viaje a EEUU. Fue en Chess, y allí se encontraba un músico pintando las paredes – no lo hacía por “hobby”-. Este hombre se llamaba Muddy Waters, el mismo del que los Rolling copiaron casi todo.

Por esta y otras muchas razones –“la paella española es increíble”- es entendible la razón por la que Willy DeVille prefería tocar en Europa, aunque su lugar preferido fuera el mítico Jimmy Buffett’s Margaritaville Café, lugar por el que pasaron los mejores músicos del rhythm and blues del momento.

Actualmente el lugar aparece como “cerrado” en las reseñas de google. Es lo que tiene la realidad: en la música, como en la vida, las satisfacciones duran un momento y, a cambio, los esfuerzos han sido enormes. Por eso nos seguimos reconociendo en ella. O al menos un servidor.

Ángel Fernández.