Una Rata en el Atlético Astorga

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Por el Ti Maragatín

Imaginemos que Dani Alves es condenado por abuso sexual a una menor y ficha por el Barça hasta que el Tribunal Supremo resuelva el recurso presentado, impensable, ¿verdad? Pues algo así, salvando bastante las distancias, ha ocurrido en el Atlético Astorga con el jugador del caso “Arandina”, Carlos Cuadrado “Lucho”, y su fichaje hasta su ingreso en prisión.

Para contar un poco esta bochornosa historia que avergonzaría a cualquier equipo deportivo y ciudad que lo representa, vamos a contar qué ocurrió con este joven astorgano, porque explicación no tiene.

En noviembre de 2017 tres jóvenes jugadores del Arandina club de fútbol cometen abuso sexual múltiple a una menor de 15 años en el piso que comparten. El 12 de diciembre de 2019 la Audiencia Provincial de Burgos condenó inicialmente a 38 años a todos ellos incluyendo a Carlos Cuadrado por un delito de agresión sexual, una violación. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en marzo de 2020, recién comenzado el estado de alarma y confinamiento por la covid, absuelve al que consumó la violación en su cuarto y rebajó las penas a los otros dos quedando Carlos Cuadrado con cuatro años de cárcel al cambiar la calificación de agresión a abuso por no haber violencia e intimidación y por «la cercanía de edad y grado de madurez». De violación múltiple pasó a abuso y encima atenuado inexplicablemente por su edad y madurez mental. Se recurrió y finalmente, a los cinco años de cometer dicha violación, el Tribunal Supremo elevó a 9 años de pena al eliminar el delito de “abuso sexual” y calificarlo de nuevo como agresión, lo que realmente fue, y cooperación necesaria que ha acabado con el ingreso en prisión del astorgano el pasado 23 de abril en la cárcel de Lugo junto con el segundo agresor condenado.

Mientras el caso estaba siendo juzgado y seguía el periplo judicial que he detallado brevemente, “Lucho” continuó retomando su vida deportiva como si nada hubiera pasado, fichando de nuevo en el equipo de su ciudad, el Atlético Astorga, en julio de 2021 procedente del Unami F.C., con la única mención discreta en prensa como “Lucho vuelve a casa”.

Este astorgano con nombre de Lunni siempre mantuvo su inocencia, arremetió con dureza contra la menor, que recordemos era la víctima, y amenazó incluso con difundir unos audios de ella, hecho que finalmente se produjo y por lo que fue denunciado. Llegó a decir que sólo eran “unos pardillos a los que estaban jodiéndoles la vida”. Los tres jugadores recibieron numerosas muestras de apoyo, incluso una manifestación en Astorga y diversas localidades. Jamás mostraron ninguna muestra de arrepentimiento, al contrario, se victimizaron de la situación. La víctima fue calumniada hasta la extenuación donde a día de hoy aún se dice que se “benefició a media Arandina” y que la denuncia que puso la familia se hizo por “lavar su imagen de fresca”.

Nadie de los que han hablado tan alegremente de esa menor son capaces de imaginarse una niña, totalmente influenciada por unas redes sociales que imponen vivir una falsa realidad y aparentar tener una madurez de la que se carece y donde se juzga por la popularidad virtual que supuestamente se posee, sola, rodeada de tres hombres desnudos de complexión fuerte en un salón donde apagan la luz y comienzan a desnudarla y a sujetarle la cabeza con sus manos obligándola a realizarles una felación a cada uno turnándose sin siquiera verlos, únicamente reconocerlos por la diferente presión y tamaño de las manos con las que sujetaban firmemente su cabeza…. “disfrutó” tanto que salió corriendo a vomitar al baño, momento en el cual uno de ellos la metió en su cuarto y consumó de nuevo otra violación. Pensar que una menor de 15 años, por mucha experiencia sexual que supuestamente le atribuyen, soñara con un momento así y disfrutara y fuera voluntario es enfermizo, asqueroso y fomenta la cultura de la violación. ¿No pensabas en lo asustada que podía estar y lo largo que se pudo hacer cada minuto en esa casa?

Desde la aprobación de la llamada ley “Sólo sí es sí” la ministra de Igualdad Irene Montero ha sido el objetivo perfecto de miles de insultos y bulos anónimos desde todos los medios, redes y debates debido a la revisión de penas, excarcelaciones y rebajas de condenas de numerosos delincuentes sexuales que aún no son firmes, pero paradójicamente cuesta creer que un equipo de fútbol no sólo contratara a una persona condenada en dos instancias por un hecho tan grave, equipo que representa a la ciudad que le da nombre y recibe numerosas subvenciones públicas. Con una condena en firme, Carlos Cuadrado continuó jugando en dicho equipo durante 4 meses más y fue manteado por sus compañeros y despedido por una afición volcada con él. Mientras se rasgan las vestiduras por excarcelaciones anticipadas de delincuentes sexuales por un lado, avergüenza que nadie haya sido capaz de criticar el fichaje de este otro delincuente sexual que ha estado representando deportivamente a una ciudad y que ya condenado en firme no ha habido ninguna declaración al respecto ni una rectificación que sería más que necesaria.

Una ciudad entera, una comunidad entera poniéndose de perfil justificando una violencia machista de medios, deporte y señoros malcriados que se creen con derecho de seguir haciendo lo que les da la puta gana, una comunidad que blanquea a un delincuente sexual de forma tan explícita y se niega a señalar, “¿Quién, él? Nooooooooo.

La cultura de la violación parece seguir más viva que nunca, necesitamos ver a una víctima destrozada o renunciando a una reparación económica para creerla, seguimos creyendo que un buen chico ha sido “puntualmente” un agresor “porque las circunstancias le llevaron a eso” y “porque no está psicológicamente maduro y no sabe muy bien lo que hace”. Las cosas están cambiando sí, pero poco. Se sigue tolerando más este tipo de violencia hacia la mujer que cualquier otra violencia. Mientras las violaciones grupales van en aumento, nuestros jóvenes aprenden sexualidad a través del porno más accesible que nunca en internet.

Podemos entonces ayudar al Movimiento Feminista más que nunca, a dejar de cuestionar cómo una mujer baila, cómo se viste, cuánto bebe, a aparcar esas actitudes y estereotipos que alimentan la violencia sexual contra las mujeres y fomentan la cultura de la violación en la sociedad. Empecemos a señalarlos.

¿Cómo hemos podido llegar a un caso así? Estaría bien que el equipo en cuestión, su directiva o algún político nos hubiera contado por qué se ha permitido que este agresor sexual siguiera jugando en esta ciudad como si nada hubiera pasado, pero dudo mucho que alguien se moleste a estas alturas.

Por mi parte “Lucho” te llamo agresor sexual, agrediste a una menor de edad y colaboraste para que otros lo hicieran, eres una rata que nunca debió volver a jugar en este equipo y lamento la cobertura que se te ha dado por parte de todos, ¡vergüenza!