Vivimos épocas de mucho ruido. Demasiado. El Ser Humano es frágil, vulnerable, dependiente.
Más allá de lo que hemos podido creer las personas precisamos de espacios donde poder nutrir nuestro Ser, donde poder estar alejados del utilitarismo de nuestra acciones.
Son tiempos en los que el exterior puede llegar a aplastarnos, donde puede llegar a ser demasiado grande.
Por es es importante no olvidarnos de nosotros. No olvidar nuestro centro. No olvidar el placer fecundo del arte como encuentro, del arte como práctica válida en sí misma.
¿Hace cuanto que no cantas? ¿Hace cuánto que no te miras con ademán de caricia?
Os dejamos dos propuestas con el deseo de que vuestra alma se suavice.
Por una parte un tutorial donde hacer canto improvisado y por otro una lectura.
“Julián, hoy no voy a clase que estoy muy cansando y no voy a poder estar el 100%”.
Cuántas veces he escuchado esa misma … Mi respuesta siempre fue la misma: VEN lo que eres, con lo que traes.
Independientemente de tus expectativas y de cómo se supone que deberías estar… El cansancio es un gran aliado..
¿No os ha pasado que después de hacer una clase el cansancio se marchó?
Cuando nuestro cerebro está cansado, no puede concentrarse. Le cuesta focalizar sus esfuerzos en una sola acción y comienza a deambular “sin sentido”.
Esto provoca que no pienses en algo en concreto y seas capaz de conectar ideas y conceptos nuevos.
El cansancio, como en las sesiones de terapia, es una gran aliando porque nuestras defensas son más permeables y nuestra vulnerabilidad puede aflorar desde rincones insospechados.
¿Y tú, te permites crear desde el cansancio?
Julian Bozzo
