Recogen firmas para que los socorristas municipales de Astorga «TELETRABAJEN»

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Una vecina de Astorga ha iniciado una sorprendente iniciativa, recoge firmas para que los socorristas y empleados de la piscina municipal de Astorga puedan «teletrabajar» desde sus casas.
Ante lo que parece, como poco sorprendente, de esta noticia este medio se ha puesto en contacto con ella y nos ha explicado las poderosas razones que le han llevado a nada más y nada menos que pedir el teletrabajo para alguien que resulta imposible realizarlo telemáticamente o de forma no presencial.
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¿Qué ha llevado a que una persona pida públicamente tal petición? Esther Ugidos ha relatado que, harta de una situación de acoso, discriminación y maltrato que lleva soportando ella y su hijo con diversidad durante varios años, quiere denunciar las malas prácticas que lleva denunciando desde hace años por parte de los trabajadores municipales de este servicio. Ordenadores portátiles, ebooks, tablets, libros, pasatiempos y cómo no, teléfonos móviles, parecen centrar la atención de estos «profesionales» que descuidan al máximo la vigilancia de los bañistas y evitar que ocurran otros accidentes.
Asegura que la han difamado, acusado de maltrato, abandono e incluso de contaminar la piscina de Astorga en dos ocasiones y divulgar dicho bulo a través de redes y por toda la ciudad. Relata que fue a través de Victorina Alonso y José María Jañez, dos ediles de la oposición en ese momento, por los que se enteró «oficialmente» que estaba siendo investigada todo ellos sin motivo, prueba o intención alguna sólo la «mala fe» de los empleados municipales.
Denuncia de igual manera que no entiende cómo no han cesado a nadie de estos cargos que llevan continuamente durante años trabajando» en esa situación «si a eso se le puede llamar trabajar», añade.
Lo cierto es que ha realizado numerosos escritos y comunicado esa situación a los tres últimos alcaldes y concejales del área de deportes que ha tenido ese consistorio sin que ninguno de ellos haya tomado cartas en el asunto.
Ahora quiere que al menos en toda la provincia sepan lo que hacen aquí y «se les caiga la cara de vergüenza, aunque han demostrado tener muy poca todos estos años». Pide que ya que su presencia allí es prácticamente testimonial, al menos no tengan que verlos y dejen de meter equipos electrónicos en la zona de baño, por eso, tirando del sarcasmo y del humor, pide que «teletrabajen desde sus casas o desde donde sea, me importa un bledo».

Califica a estos trabajadores de «JETAS profesionales» y a los que los han amparado de «inútiles e ineficientes, se nota que el dinero con que les pagan no es suyo sino de todos, que les tengan ellos en nómina». Asegura también que el trato hacia su hijo ha sido vergonzoso, denigrante y vejatorio y, aunque hay muchos usuarios que están indignados con lo que hacen, nadie se ha atrevido a decirles nada por miedo a represalias o por cobardía.


Asegura también que los niños con diversidad están discriminados económica y deportivamente, no cuentan con ningún descuento en las tarifas y tampoco cuentan con profesionales debidamente cualificados para enseñar a estos niños, a pesar de haberlo solicitado en varias ocasiones sin respuesta. Para más Inri denuncia que hay un trabajador que «ni siquiera tiene el título de socorrista, me lo dijo él mismo», requisito imprescindible para ejercer dicha profesión. Ella misma ha iniciado otra petición que quiere entregar en los próximos días, solicitando la tarifa para diversidad y acompañante en el caso de necesitarlo. Pueden firmar aquí 

Lo cierto es que, expuestas las razones y ante la evidencia de escritos y material fotográfico que acompaña, no se entiende que desde el Consistorio se haya permitido esta situación durante tantísimo tiempo.