«El amanecer tiene una grandeza misteriosa que se compone de un residuo de sueño y de un principio de pensamiento.” Víctor Hugo
Los amaneceres son espontáneos, para mí, nunca son iguales, porque a veces no despierto en el mismo lugar, un pajarito me visita en la ventana, se dispara la alarma del auto del vecino, alguien llama a la puerta, las ovejas o los gansos suelen anunciar el nuevo día antes que yo termine de soñar.
Si llueve o hace sol, también importa para que los amaneceres sean diferentes y nunca miro la televisión por la mañana, porque las noticias suelen ser heridas sangrantes y no tengo sudario para rasgar y envolverlas, entonces, no estoy al día con el dolor del mundo que, palpita retrasado en mí.
A veces, el amanecer me maravilla por el sonido del río que tengo cerca o me horroriza cuando estoy en el cuarto que tiene el balcón que da a la calle agitada por automóviles y bocinas, confirmando que los lugares influencian en mis amaneceres. Pero todo eso, solo importa, porque no está enmarcado en una guerra o en un desastre natural, donde las personas no tienen mayores opciones ya que están a merced de las circunstancias. Entonces, puedo despertar y agradecer al Dios de mi entendimiento, por un nuevo día y enfrentar las batallas que me corresponden.
Hay quien diga que cada día es una oportunidad, otros dicen que es una nueva lección en la escuela de la vida, porque tenemos que aprender para evolucionar y eso significa pasar de curso. Me gusta el proverbio africano que dice: “Usted puede despertarse muy temprano en la madrugada, pero el destino habrá despertado media hora antes.” Porque cada amanecer trae la mano del destino que posa sobre nosotros.
También hay amaneceres engorrosos, en que doy vueltas en mi cama para tratar de detenerlos… Pero es imposible retrasar el amanecer, entonces, no queda más que, apoyada a mi compañero de vida, enfrentar lo que me reserva el amanecer.
Tengo el cielo nublado como techo de este día 8 de febrero de 2023, ya di vueltas desde de la madrugada y nada: amaneció…Recordé que el escritor Jorge Muzam escribió: “Büchner vivió tan poco, y Camus, y Stephen Crane, y Jaroslav Hásek.”
Amaneció y tengo que levantarme y salir para el velorio de un gran amigo que también vivió tan poco, J.C. Iván Canelas Arduz, cuya partida hoy, hace llorar a nuestro Oruro.